Oenocarpus bataua var. bataua (Mart. 1823) Burret 1929 o Jessenia bataua, majo (en Bolivia) la palma de seje, milpesos, unamo, ungurahua o patabá es una planta de la familia de las palmeras. Es una palma abundante en zonas húmedas y pluviales a menos de 1000 m s. n. m. al noroccidente de Sudamérica desde Panamá hasta el sur de América tropical. Se distribuye por Panamá, Venezuela, Colombia, Guyana, Surinam, Guayana Francesa, Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú.
En Bolivia se produce en el norte del país, en el departamento de Pando que colinda tanto con Perú, como con Brasil y en el norte del departamento. Todo el acopio del fruto conocido como majo se lo efectúa en la ciudad de Riberalta y la pulpa de la fruta congelada es enviada al resto del país y se exporta a otros países.
Se caracteriza por un estípite (tallo) solitario erecto, de 10 a 25 m de altura y 20 a 30 cm de diámetro, liso, conspicuamente anillado. Tiene de 10 a 16 hojas terminales, penduladas hacia los lados, con peciolo de 1 a 50 cm y raquis de 3 a 7 m de longitud; ápice acuminado, limbo pinnado, pinnas alternas de hasta 2 m de largo y 15 cm de ancho, aproximadamente 100 a cada lado, colocadas en un mismo plano.
Inflorescencia de 1 a 2 m de longitud, con cerca de 300 raquilas de hasta 1,3 m de largo. Flores amarillas con sépalos hasta de 2 mm y pétalos hasta de 7 mm. Los frutos son negro-violáceos, oblongos, de 3 a 4 cm de longitud y 2 cm de diámetro, con exocarpio delgado y liso, mesocarpio carnoso y rico en aceite de excelente calidad, con 4 por ciento de proteína y peso de 10 a 15 gramos cada uno, representado la pulpa el 40 por ciento del peso. Cada palmera produce entre 3 y 4 racimos y cada racimo tiene más de mil frutos.
Cadena de valor
A través de este componente se impulsa la valoración de la biodiversidad por parte de actores locales, a partir del reconocimiento de los beneficios tangibles e intangibles que brindan los recursos no maderables del bosque a favor del bienestar delas familias locales. La economía y subsistencia de gran parte de la población en las áreas de intervención, se basan en la explotación de recursos forestales no maderables (castaña, asaí, entre otros). Este componente pretende aportar a la sostenibilidad ecológica del uso y aprovechamiento de estos recursos y a la generación de mecanismos que permitan mejores beneficios económicos y sociales para las comunidades.
Por ello, trabajamos en el fortalecimiento de las capacidades locales para las buenas prácticas de recolección y manejo de los frutos del bosque, promoviendo a su vez, la vinculación con otros actores económicos.
Cosecha
Se realiza la cosecha de racimos de frutos trepando a la palmera con una manea y un arnés de seguridad para evitar la caída de los cosechadores.
Despique
Luego que el cosechador ha cortado y bajado el racimo, realiza el desgranado o “despique” y selección, separando los frutos verdes o dañados.
Venta del fruto
Los frutos son depositados en bolsas de plástico para su traslado y entrega a las plantas despulpadoras. La venta se calcula en latas (15 kg aprox.).
Despulpado
En la planta se realiza el despulpado de los frutos, cumpliendo las Buenas Prácticas de Manufactura y de Almacenamiento, con un Registro Sanitario.
Almacenamiento y venta
La pulpa es empaquetada en bolsas de 1 kg que son congeladas, almacenadas y comercializadas a diferente escala, cumpliendo la norma N° 36023 de IBNORCA.