Bolivia cuenta con un potencial alimentario de alta calidad. En el mundo ya son muy conocidos algunos productos andinos como la quinua, la tarwi y el amaranto. Mientras que la región amazónica es más conocida por frutos como la castaña, el asaí y el cacao silvestre. En la actualidad, los actores involucrados en las cadenas productivas continúan realizando esfuerzos para promover el consumo de los productos mencionados; las familias recolectoras y transformadoras realizan gestiones para organizarse y ofrecer productos con inocuidad, calidad y disponibilidad, mientras que el sector público realiza una serie de acciones para dar cabida a estos productos considerados como no tradicionales en el consumo.
En el caso del gobierno central, por ejemplo, fomenta su producción y consumo en el marco de programas específicos como el Programa de Frutos Amazónicos o a través de la inclusión al programa de subsidios; y en el caso de gobiernos subnacionales incluyéndolos en programas como el desayuno escolar u otros específicos (Pando Produce, Pando Transforma por mencionar algunos a nivel de gobernaciones), finalmente las organizaciones de la sociedad civil impulsando la sinergia entre el sector público, academia, sector empresarial y la base productiva además de su aporte en la generación de investigaciones referidas al rubro.